El mentoring es una herramienta de desarrollo personal y una forma muy efectiva de ayudar a los demás a hacer progresos a nivel personal o profesional. Se trata de una estrecha colaboración entre dos personas -el mentor y el mentado- que normalmente trabajan dentro del mismo campo profesional, aunque no se trata de un requisito necesario.
El objetivo del mentoring es ayudar al otro compartiendo tus experiencias, tus conocimientos o tus recursos. El mentor actúa como una especie de guía que señala al mentado cual es el camino correcto a seguir y le proporciona ayuda para conseguir sus metas.
El mentor debe también ayudar a aumentar la confianza en sí mismo y animar al mentado a luchar por lo que quiere, proporcionándole apoyo e ideas.
Para sacar el máximo partido al mentoring es importante que consista en algo más que dar consejos relativos a la carrera profesional. Cuando se es el mentor de alguien es necesario ayudar activamente al crecimiento y éxito de su mentorizado. Un mentorizado necesita a alguien que crea en él y que esté dispuesto en hacer una inversión personal es su éxito personal o profesional.
Escucha
Cualquier persona puede sentarse con otra y hablar del trabajo, pero sin el empleo de habilidades de escucha activa reales, la conversación no será de ningún provecho. Un buen mentor toma su tiempo para escuchar y crear un vínculo con su mentorizado. Para averiguar lo que le mueve y le motiva. Cual el su talento y cuales sus limitaciones. Para profundizar en cómo se ve en el futuro, cuáles son sus metas a corto plazo, cuál es su verdadera pasión o cómo se plantea la integración de su vida personal y profesional. Y todo ello comienza no solo hablando, sino escuchando.
Comprender sus necesidades
Es muy importante comprender que es lo que la persona mentorizada necesita ¿Por qué te ha elegido como mentor? ¿Qué es lo que esperan que puedas hacer posible? Entender sus necesidades y sus objetivos es la base fundamental sobre la cual toda una relación de mentorizaje debe desarrollarse. Si el mentorizado no es capaz en primera instancia de verbalizar cuáles son sus objetivos específicos, es necesario ayudar a definir y a poner nombre a cuales son. Asimismo, también es posible que el mentorizado tenga claro que faceta de su vida o su carrera quiere mejorar, pero que gracias al conocimiento del mentor de sus puntos fuertes y puntos débiles, pueda guiarle en una nueva dirección o considerar otras opciones en las que quizá no había pensado.
Pasar a la acción
Escuchar y compartir conocimientos son facetas muy importantes, pero lo que realmente marca la diferencia es la disposición del mentor de hacer realmente cosas en favor de su mentorizado. Un buen mentor debe creer en sus mentorizados y asumir riesgos en su favor. Ello implica presentarle a personas que pueden ser útiles para sus vidas o sus carreras, permitir que acuda a algún evento contigo o aconsejarle acudir a programas o conferencias que puedan enriquecerles. En definitiva, tener siempre un ojo puesto en oportunidades tangibles que puedas aprovechar en favor del mentorizado.
Cuando todas estas cualidades se juntan el mentoring es enriquecedor para mentor y mentorizado. No obstante, esto no quiere decir que todos los mentores tengan por qué ser iguales. Algunos mentores pueden ser muy buenos danto consejos estratégicos relativos a la mejora de la posición de tu negocio o carrera profesional, mientras otros pueden ser excelentes ayudándote a diseñar un equilibrio entre la vida profesional y familiar.